"En algún momento del día o de la noche,
aspira una bocanada de aire e imagina
que llevas ese aire a tu corazón.
Entonces, pide con fuerza por ti y por tus
seres más queridos.
Pide con fuerza para alejarte de todo aquello
que te trae confusión y contradicción.
El deseo de reconciliación, con otros y con uno mismo.
Y ocurre que lo que haces
no queda en ti,
sino que llega a los demás.
Pide porque tu vida
tenga unidad."
"Amigos,
hermanos míos; no permitamos que las tinieblas se apoderen de esta nuestra
tierra tan frágil y amenazada.
No permitamos que la tristeza y la confusion se difundan entre nosotros..."
El Mensaje 2002
En la inauguración de la Sala Sudamericana, en el Parque de Estudio y Reflexión La Reja en Buenos Aires-Argentina; el día 7 de mayo de 2005.