Guía Interno


1. ¿Quién es tan admirado por ti que quisieras haber sido él?

2. Preguntaré más suavemente. ¿Quién te es ejemplar, de tal manera que desees incorporar en ti algunas de sus particulares virtudes?

3. ¿Acaso alguna vez, en tu pesar o confusión, has apelado al recuerdo de alguien que, existente o no, acudió como reconfortante imagen?

4. Estoy hablando de particulares modelos a los que podemos llamar “guías” internos, que a veces coinciden con personas externas.

5. Esos modelos que quisiste seguir desde pequeño fueron cambiando solamente en la capa más externa de tu diario sentir.

6. He visto cómo los niños juegan y hablan con sus imaginarios compañeros y sus guías. También he visto a las gentes de distintas edades, conectar con ellos en oraciones hechas con sincera unción.

7. Cuanto más fuertemente se hicieron las llamadas, desde más lejos acudieron estos guías que trajeron la mejor señal. Por ello supe que los guías más profundos son los más poderosos. Sin embargo, solamente una gran necesidad puede despertarlos de su letargo milenario.

8. Un modelo de ese tipo “posee” tres importantes atributos: fuerza, sabiduría y bondad.

9. Si quieres saber más de ti mismo observa qué características tienen aquellos hombres o mujeres que admiras. Y repara en que las cualidades que más aprecias de ellos obran en la configuración de tus guías internos. Considera que, aunque tu referencia inicial haya desaparecido con el tiempo, en tu interior quedará una “huella” que seguirá motivándote hacia el paisaje externo.

10. Y si quieres saber cómo se interpenetran las culturas estudia además del modo de producción de objetos, el modo de difusión de los modelos.

11. Importa pues que dirijas tu atención a las mejores cualidades de las demás personas porque impulsarás hacia el mundo lo que hayas terminado de configurar en ti.

En el Cap. XVII "EL GUIA INTERNO" , en el libro Humanizar la Tierra. Este libro así como las Obras Completas de Silo, puedes encontrarlas en:
www.silo.net


Guias Internos

El mensajero Poli nos habla de su experiencia con los Guías Internos
... Cuanto más fuertemente se hicieron las llamadas, desde más lejos acudieron estos guías que trajeron la mejor señal... dice en esta charla-testimonio en una Comunidad de Alcalá de Henares.




Seminario sobre la configuración del Guía Interno

Este seminario tiene una duración de un día.
El objetivo de este trabajo es el de entrar en el tema del Guía Interno y, en los mejores casos, configurar nuestro Guía Interno o profundizar la relación con él o ella si ya existe. Se trabajan con prácticas de reflexión y experiencias guiadas, intercambio en grupos y reflexión personal.

Las mensajeras de esta comunidad estamos disponibles para realizar este seminario a pedido, al igual que otros seminarios y ceremonias del Mensaje de Silo. Para más información puedes conectar con nosotras por email o teléfono. 
leda.mensajera@gmail.com y 651066007
 Grupo de intercambio en seminario en el Parque de Estudio y Reflexión La Reja en Argentina.



EL SILENCIO Y EL GUIA INTERNO. SILO 1980

Este punto de la producción del silencio dirigiendo la atención adecuadamente, y este otro de la respuesta con sabor verdadero, ese es el mejor trabajo que puede hacerse con el guía interno; guía interno y silencio es la misma técnica mental.

Veamos este asunto del silencio. ¿Cómo hago silencio? ¿Cómo hago silencio cuando quiera hacer silencio?
Puede hacerse silencio, pueden bajarse las tensiones mentales, tanto en el trabajo de meditación como en la vida diaria, apelando a la sensación, a la mecánica de la mente y también a una pregunta con sentido.
En todos los casos, es porque la atención esta referida a una cosa distinta a los problemas que me están creando tensión. Siempre tengo que trabajar con la atención.
Pero también vemos que cuando quiero hacer silencio no logro hacer silencio. Porque si estoy forzando para producir silencio, estoy poniendo tensión.

¿Cómo puede ser que atienda sin tensión?
Para hacer silencio no debo preocuparme por el ruido de la conciencia. Puedo preocuparme por otros objetos, pero no debo decir “tengo que hacer silencio”.

Dijimos que lograr el silencio tiene que ver con la dirección de la atención. Si trato de escuchar algo lejano que no alcanzo a oír, para poder escuchar eso lejano, hago silencio. 

Yo no me preocupo por hacer silencio, me preocupo por atender a algo lejano, y eso crea las condiciones de silencio.
Y cuando yo pregunto algo al guía, yo no me preocupo por hacer silencio. Yo me preocupo por escuchar muy bien la respuesta que viene del guía. Y para escuchar muy bien tengo que hacer silencio.

De manera que estos dos trabajos importantes, que es el trabajo del silencio interno y el trabajo con el guía, son un mismo trabajo.

Y si alguien me pregunta cuál es el trabajo más importante, diríamos que es este: el trabajo con el guía en silencio. 

Al invocar ¡“Oh guía”!, y ponerse atento a la respuesta, se produce automáticamente el silencio. Cuanto más atento estaba a la respuesta, más silencio se producía. Cuando me distraía o cuando no esperaba la respuesta, empezaban los ruidos.

De manera que se entiende cómo por tratar de escuchar se produce silencio.
La otra cosa es que cuando no vino ninguna respuesta, ustedes sintieron la respuesta. Quiero decir que la respuesta no vino de él. La respuesta vino de ustedes mismos.

De manera que vemos dos cosas: se puede lograr silencio por atender a una respuesta, y se puede tener una respuesta aunque la respuesta no venga de afuera.

Y estudiemos más este otro caso: este caso de que largo una pregunta y espero una respuesta, como enseña la ceremonia del aceptado. Por el hecho de lanzar una pregunta y ponerme a esperar la respuesta, ya estoy haciendo silencio.

Eso no es garantía de que la respuesta venga, pero ya he logrado silencio, porque estoy esperando que se dé la respuesta. Cuando la respuesta viene, entonces digo que esa respuesta viene de mi guía.

Pero sucede que hay distintos grados de profundidad: a veces uno reconoce que esa respuesta viene del propio pensamiento, y a veces uno nota que esa respuesta tiene un sabor de verdad muy profundo.

No viene de la memoria, tampoco de la conciencia ni del ruido que produce la conciencia, porque he logrado un buen silencio.

Cuando eso sucede y tiene ese sabor interno de verdad, entonces digo que viene verdaderamente de mi guía.

Este punto de la producción del silencio dirigiendo la atención adecuadamente, y este otro de la respuesta con sabor verdadero, ese es el mejor trabajo que puede hacerse con el guía interno; guía interno y silencio es la misma técnica mental.

Supongamos que ahora no pido ninguna respuesta, supongamos que ahora estoy solo, supongamos que ahora estoy deprimido, supongamos que tengo muchos problemas: yo me concentro en mi mismo y algo le digo a mi guía interno.

No le pido una respuesta, por ejemplo, le pido compañía, o le pido fuerza, o le pido una cálida emoción, o le pido una sonrisa interna, y esto que hago lo hago con atención, lo hago con cariño, lo hago con emoción suave, pero en todos los casos con atención.

“¡Oh guía, dame fuerza!”, “¡Oh guía, dame una respuesta!”, “¡Oh guía, dame compañía!”, en todos los casos pedimos al guía.

El contacto con el guía es siempre un pedido. Y al hacer un pedido, atendemos a la respuesta de ese pedido. Y al poner atención en esa respuesta, hacemos silencio. Y al hacer silencio llega a nosotros la respuesta.